por Carlos G. Cortés García
DEL CARAJO: NLD, GOBIERNO MILLONARIO CON PUEBLO POBRE
· Un personaje de la comunicación social que no ha logrado consolidar su relación con los medios es Marco Antonio Martínez García, quien no ha entregado buenas cuentas a la alcaldesa, Carmen Lilia Cantú Rosas Villarreal. Y ahora, la mete en otro problema al inaugurar un lujosísimo restaurante que genera el enojo de tirios y troyanos por el fuerte capital que debió invertirse en la puesta en operación de este lujoso restaurante de postín, llamado “El Carajillo”. ¿Quién pompó? Esa es la pregunta que todos se hacen en aquella esquina del territorio tamaulipeco, cuando se hacen conjeturas de donde salió el recurso económico, aunque hay quienes aseguran que salió del presupuesto público. Y hay quienes aseguran que salió de palacio Nacional la orden fulminante de hacer una investigación a fondo, sobre el origen de “El Carajillo”:
A lo largo de este sexenio, se ha venido asegurando que “primero los pobres”, que “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, y se ha descalificado a quienes han hecho un abuso descarado del presupuesto público, en esta administración que combate la corrupción.
Y le comparto esto, porque en el municipio de Nuevo Laredo está pasando, precisamente, por lo contrario: hay un pueblo muy pobre con gobierno rico, con funcionarios públicos abusivos que están haciendo festines millonarios a costa del pueblo de Nuevo Laredo y que resuelven sus propias carencias en lugar de resolver los grandes problemas del municipio.
Y de ninguna manera es nuevo el abuso presupuestal de los dineros de los neolaredenses. Primero, la alcaldesa que recibe regalos millonarios en su cumpleaños, y que viaja a New York en esquemas de “chicas” con sus amigas, haciéndolo, además, público, para pintar su raya de la pobreza. Regidores que regalan a sus mujeres vehículos carísimos y otras adquisiciones millonarias que se hacen por quienes detentan el poder en esa esquina de Tamaulipas.
Permítame compartirle algunos datos sobre esto. El Director de Comunicación Social del ayuntamiento de Nuevo Laredo, Marco Martínez, acaba de inaugurar un finísimo restaurante, denominado “Carajillos, Cocina & Grill”, que a decir de algunos vecinos de Nuevo Laredo es el restaurante de postín más exclusivos de la fronteriza ciudad y carísimo, por cierto.
Y ésta, de ninguna manera, es esta una postura envidiosa. Por supuesto que no. Yo soy el primero en aplaudir las actividades empresariales de la gente, y deseando siempre que le vaya bien a quien emprende un proyecto, pero lo que es importante es que Marco aclare de dónde sacó la millonaria inversión que hoy está aplicada en este finísimo y carísimo restaurante.
¿Qué pensará el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de que un funcionario con un sueldo mensual del orden de los $20,000 se haya gastado millones en echar a funcionar este restaurante Carajillos?
Y le doy un dato adicional. En el menú, se pueden ver precios estratosféricos de lo que comercializan en ese lugar, y que por cierto me dicen que la calidad y la sazón de estos productos no corresponden a lo que cobran por los platos, que no son para tener estos precios. Por ejemplo, por un alambre le cobran hasta $350 del águila; una orden de arrachera se le encajan en $750 pesos; una orden de Chuletón, más o menos de 800 gramos, según su menú, le cuesta $650 pesos; y una fajita de pollo se le están cobrando en $400 pesos.
Y la pregunta obligada: ¿a poco Nuevo Laredo tiene las condiciones económicas para cobrar esos precios? La verdad yo no lo creo. Y hay voces en Nuevo Laredo que aseguran que el dinero para la puesta en operación de este negocio salió del presupuesto público, de lo que Marco Martínez tiene que pagar a los medios de comunicación, porque reitero, ¿cómo es posible que un funcionario Público de medio nivel que gana no más de $20,000 mensuales invierta millones en un negocio tan exclusivo?
¿O a poco usted cree que algún banco le dio un préstamo a este señor para lograr abrir este restaurante tan fino y tan de postín? ¿O el préstamo fue subvencionado por el Banco del Bienestar?
También hay quienes aseguran que los propios empleados de Marco Martínez en el Ayuntamiento están muy enojados con el mal actuar de este funcionario, a tal grado que andan lanzando dardos de veneno contra su jefe. Y lo que ayer fue la “exitosa inauguración” de un exclusivo lugar, hoy se le está revirtiendo a Marco y podría ser, tras una investigación Federal, que me aseguran ya se está realizando, que lo lleven ante la justicia para que informe de donde salieron los recursos para invertir en “El Carajo”.
Del carajo se están poniendo las cosas para Marco Martínez porque, reitero, salvo que se hubiera sacado la lotería, podría explicar de dónde sacó el recurso para poner tan cara empresa, que difícilmente le durará para después de que salga del Ayuntamiento, tomando en cuenta que su jefa, la alcaldesa Carmen Lilia Cantú Rosas Villarreal, no está considerada por el gran elector, como candidata a la reelección.
Y claro que la alcaldesa Cantú Rosas Villarreal, tan sabe de dónde salió el dinero, que ella misma fue a inaugurar este negocio de relumbrón, “El Carajo Carajillo”. Y no lo pierda de vista, porque podría ser que el negocio no dure operando mucho tiempo, derivado de la forma tan irregular con que se juntó el capital con que fue establecido este lujoso lugar y que en una de esas se puede terminar el suministro de sobres.
¿Qué opinará el presidente Andrés Manuel López Obrador de que Nuevo Laredo sea un pueblo pobre con gobierno y funcionario ricos? Y no ricos, sino riquísimos, millonarios. ¿Qué opinará el presidente de México de que se estén dando estos descarados actos de corrupción en el Ayuntamiento de Nuevo Laredo con el presupuesto público? ¿Se quedará el presidente López Obrador de brazos cruzados al ver estas serias irregularidades que afectan a los ciudadanos neolaredenses? Me dicen que no.
Por lo pronto me dicen que Marco Antonio Martínez trae a sus empleados del ayuntamiento de Nuevo Laredo como mandaderos y meseros en el en el lujoso lugar y presume de que los tiene como socios, a sus mismos trabajadores, pero hasta el momento ellos no han visto reflejado ningún beneficio económico por la operación de “El Carajo”.
Asimismo, los miembros de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados en esta esquina del territorio nacional, se encuentran muy molestos debido a que ellos durante muchísimos años han trabajado de manera contundente y honesta para ir construyendo un patrimonio, como la gente decente lo hace, para qué, sin mediar palabra y de manera desleal, este funcionario municipal, de manera muy deshonesta, haya puesto en operación el lujoso restaurante de Nuevo Laredo “El Carajo”.
¿Se irá a tolerar en Palacio Nacional esta irregularidad cometida en Nuevo Laredo? Hay que aclarar que ya ha habido voces que han hecho del conocimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador estos actos de corrupción en el fronterizo municipio y de acuerdo a algunas opiniones ya habría el presidente de la república, puesto en marcha, una profunda y seria investigación, para saber quién, de dónde, cuánto, y cómo, consiguieron los dineros para poner a funcionar el “Carajo, Cocina & Grill” y perdóneme usted, pero El Carajillo, este carísimo, por cierto, y exclusivo lugar, instalado allá en Nuevo Laredo, tiene que transparentar de manera correcta de donde salió la inversión que ofende a los ciudadanos por el lujo excesivo y los altísimos precios, propios de finísimos restaurantes en Nueva York o Las Vegas. De no hacerlo, de no transparentas, sólo conseguirán hacer encabritar más a los neolaredenses.
PD. 1. Por cierto, y hablando de Nuevo Laredo, la clase política de esa ciudad, se pregunta cómo Carlos Enrique Cantú Rosas Villarreal, hermano de la alcaldesa de aquel terruño, no ha dado una en los últimos años en lo político. Primero, quiso ser coordinador de campaña; después, Secretario General de Gobierno; más tarde, Delegado del INFONAVIT en Tamaulipas, y a final de cuentas, pues ni lo uno ni lo otro, y se dice que esta misma suerte habrá de correr la alcaldesa Carmen Lilia Cantú Rosas Villarreal, quien sueña con la reelección, lo que no pasará porque el 2024 no es para ella, y menos para él. ¿Andarán buscando darse una barridita?