#Lanoche era terriblemente fría y calaba hasta los huesos; no estaba helando pero poco le faltaba, sin embargo, los ánimos y las ganas por ver en acción al gran BETILLO CANTÚ – la figura del momento – eran enormes y las expectativas eran muchas: el boxeador local iba en plan ascendente y la esperanza de los riobravenses de que en cualquier momento disputara un título nacional y luego un mundial eran tremendas, pues sabían del gran boxeo y poder en los nudillo que el ídolo poseía.
Por eso, esa noche el mal tiempo no le importaba a la afición, algunos se dieron el tiempo para arrimar un tanque de los que se utilizan para la recolección de basura…le metieron ramas, palos, pedazos de madera, cartón, cualquier cosa que hiciera fuego para que al menos hubiera algo de calor en el viejo inmueble que algunas veces se acondicionaba para eventos como ese y el cual estaba ubicado a un lado de lo que hoy es el estacionamiento de multicinemas Azteca 5.
BETILLO CANTÚ, en la época de los 80s era considerado como uno de los mejores de Tamaulipas en su peso: estaba raqueado entre los 10 primeros y esperaba una sola oportunidad para pelear por el campeonato nacional de los pesos Mosca o Súper-Mosca.
El boxeo riobravense, en la época de los 70s y 80s, dieron grandes satisfacciones a los amantes del deporte de la nariz chata y orejas de coliflor: ALBERTO ‘’Betillo’’ CANTU fue un referente en ese deporte. En esa lista, hay muchos locales que figuraron y que para no herir susceptibilidades, no los mencionaremos por el momento.
BETILLO fue una de esas figuras que iba en plan ascendente y que debido a la falta de promoción o excesos en su manejo, quedaron ahí, apagados en el tiempo.
El púgil de la escuadra de EL PAJARÓ CANTÚ – su padre – para ese entonces ya tenía en su poder el campeonato Estatal que le gano en 6 rounds en trépidamente pelea en la Coliseo de Reynosa, al durísimo boxeador HOMERO GUEL, un tipo orgulloso que decía y afirmaba que BETILLO no era pieza para él y que lo acabaría en el primer episodio. Esa noche, Cantú le dio catedra de buen boxeo al campeón Estatal, quien cayó a sus pies evidentemente rendido y con el rostro tumefacto.
Cada boxeador tiene su historia.
Por sus innumerables y estridentes peleas, aunado a su carisma, El BETILLO dejó un antecedente notable a nivel profesional.
Poseía un formidable gancho al hígado que lo convirtió en uno de los pesos Moscas y Supermoscas más completos de la historia de nuestro Estado.
La crónica deja al descubierto vivencias y carencias de un niño que cursó la primaria, la secundaria y finalizó sus estudios en el CONALEP. Como adolescente de esos tiempos, aparte de ser boxeador El Betillo realizaba diferentes tareas para poder llevar dinero a casa, sin embargo, lo fuerte de él era el Boxeo y en sus ratos libres y antes de cada pelea, se metía de lleno al gimnasio que su padre habilitó como tal en una humilde casita en la colonia Morelos.
De nariz prominente, cabello rebelde y muy serio de actitud, EL BETILLO, forjó un futuro “en el mundo de las trompadas”….se bañó en la gloria del público que lo aclamaba antes, durante y después de cada pelea sin importar el resultado. Cabe mencionar, que el púgil local dio tremendas peleas en cuadriláteros de otros países, como Inglaterra e Italia. Los campeones creían que Betillo les serviría de sparring o para escalar posiciones, sin embargo se encontraban con un chamaco fuerte y con hambre de triunfo, a tal grado que ‘’tenían que pararlo’’ para que no siguiera golpeando al campeón y se ‘’dejara ganar’’, como era lo planeado.
Pero volviendo al meollo del asunto.
Como dijimos al principio, esa noche de invierno, la cartelera impregnada en la puerta de entrada del viejo galerón, anunciaba el combate estelar entre el ídolo local BETILLO CANTÚ contra un chamaco de ciudad Mante; ADOLFO ‘’El chato’’ CASTILLO: El chato, aparentemente era un desconocido y por supuesto no representaba peligro para el boxeador del momento, como lo era el gran ALBERTO ‘’BETILLO’’ CANTÚ.
El campanazo anunció el primer round.
Desde el primer segundo, el delgado y bajito visitante dio muestra del poder en sus nudillos y dio a entender que venía en plan grande…vino a apaciguar el tremendo ruido que traía CANTÚ y a demostrar que era mejor que él.
– Y sí –
Al primer volado de derecha, la nariz de BETILLO se fracturó; la sangre emanó de manera impresionante y para cuando terminó ese episodio, su rostro ya era irreconocible, sin embargo, su fortaleza y espíritu combativo lo animó a seguir adelante.
El segundo round no llegaría a su final. Los golpazos de EL CHATO CASTILLO seguían dañando el rostro del peleador local, por lo que el réferi, intuyendo un resultado de graves consecuencias, no lo dudó y decide detener el combate ya que BETILLO amenazaba con irse a la lona.
Ahí no paró la cosa.
¡Que paso mi Betillo! le preguntaba la afición.
¡Me confié…me confié demasiado; lo vi chiquito y debilucho y pensé que ganaría sin problemas….la verdad que pega duro ese cabrón!
Como no quedó nada conforme con el nocaut que le asestó el mantense, BETILLO pidió la revancha y pronto se la concedieron.
Ahora fue diferente….En una gran función celebrada meses después ahora en lo que fue el palenque de la Feria de ésta ciudad, ALBERTO ‘’Betillo’’ CANTÚ Salió a darlo todo….salió dispuesto a cobrarse la tremenda ofensa impuesta por El Chato Castillo.
Con su clásico estilo – no fajador – más bien estilista, ALBERTO le dio una tunda a su anterior verdugo. Le bastaron algunos rounds para aplicarle un espectacular nocaut, pero sin embargo, a partir de ahí, ya nada sería igual.
La falta de promotores, las peleas continuas y por último la pérdida de su señor padre, fueron mermando la condición y el ánimo de éste peleador que, finalmente no pudo llegar a pelear el campeonato nacional y porque no, hasta un título Mundial como él hubiera querido. Fin.