¡YA LES DIJE….NO LO VENDO, NO LO VENDO Y NO LO VENDO!
Aunque un tanto huraño y con una edad avanzada, Don Hermilio Villarrral Treviño sabe lo que hace y lo que dice cuando alguien se hacerca al portón de su casa preguntando por su viejo auto Dodge Dart modelo 1968, color naranja con capacete blanco, estacionado en su cochera y cubierto con lona desde hace muchos, pero muchos muchos años.
¡Acaso le ve letrero de venta o que…no, no lo vendo! Contesta con un dejo de molestia que raya en cólera.
#LaHistoriaDelCarroQueTodosHanVisto
! Un clásico !
En una de esas caminatas mañaneras, de manera milagrosa nos encontramos a Don Hermilio Villarrreal Treviño, y digo milagrosa porque es un tipo que poco sale de su casa y es difícil de verlo fuera de ella.
– Oiga Don, como ve si me permite ver el automóvil que tiene en su cochera….tengo entendido que fue nuevo y que muy poco uso le dieron antes de pararlo y taparlo ahí –
Retraído y con cara de pocos amigos, el hombre me contestó, y solo porque antes de ello me presenté como amigo de su yerno, el Lic. Mario Cervantes.
¡Ha si, me dijo a secas; ¿ y que quiere?
A quien perteneció el automóvil que tiene tapado en la cochera con mucho celo y porque no se usó como dicen por ahí, le pregunté.
Ya resignado y casi obligado por mi terquedad, Don Hermilio narró que su padre Don Natividad Villarreal se lo sacó en aquellos sorteos que cada año organizaba la tienda El Río de Hidalgo Texas.
Recuerda que fue el 24 de diciembre de 1975, cuando la tienda El Río ya estaba anunciando el inicio de la rifa del flamante y hermoso auto Dodge Dart 1968 – casi nuevo para ese año señala el viejon –
Mi papá ya traía el boleto en sus manos que días antes le entregaron por la compra de su mandado y estaba listo; segun le contó su padre, que por su mente jamás pensó que podría ser el agraciado.
Sin embargo, la emoción lo envolvió y casi loco se quiso volver al saber que su boleto fue el ganador y que ya era el dueño del lujoso carro. ¡El problema es que no sabía manejar! Pensó.
Afortunadamente – explica don Hermilio – andaba por ahí un sobrino y fue el que hizo el favor de traerlo a Río Bravo.
Según Don Hermilio, el automóvil algunas veces fue utilizado por su padre para hacer esporádicas visitas a Azúcar, Cd. Camargo para visitar la tumba de sus padres, pero otros familiares, refieren que desde que llegó y se estacionó en ese portón que hoy se encuentra, no se ha movido para nada…lo han emplacado pero sin moverlo dicen familiares….ahi permanece desde que Don Natividad se lo sacó en la rifa y se mantiene igual, es un auto bonito, de color original y muy fuerte, nada que ver con las unidades de hoy.
Y remata:
– Y no…no se vende, es recuerdo de mi padre y ahí estará quien sabe hasta cuando –

