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«SU BELLEZA LA LLEVÓ… A LA MUERTE»

por Joel Cárdenas

#UnaHistoriaVerdadera..

Nora no era la más joven, pero si la más bella de varias hermanas. No era la chica más guapa de la ciudad, pero casi casi y a juicio propio, me atrevo a asegurar que sí lo era, al menos en la época de los 70s, 80s.

Nora, nativa de la Colonia Morelos, tenía un cuerpo hermoso y excepcional; Su pelo era negro, sedoso y ondulado sin llegar al rizo natural.

Algunos decían que era una chica un tanto loca, pero no, nada de eso, era una chavala muy divertida, liberal y nunca de los nuncas aburrida.

¡Para nada!.

Para los chavos y los hombres ya madurones de esa época, Nora era considerada así; una máquina de diversión y si lo ameritaba la ocasión, aceptaba intimar siempre y cuando le convenía y por todas esas cualidades, a los hombres en realidad no les importaba si estaba loca o no.

Había quienes la acusaban de desperdiciar su belleza; de no usar sus encantos para hacerse de dinero y propiedades: En ése tiempo, Nora no veía adelante, no le importaba el futuro, salir, divertirte, bailar, cantar con sus amigos y novios de ocasión era lo de ella.

Y debo aclarar una cosa; Nora no tenía amigos «jodidos», no, no, no, ella siempre andaba con tipos que tenían carro o camioneta, sin importarle la edad o la figura, el asunto era que si traías vehículo y sobre todo lana en el bolsillo, podías salir con ella, si no, ni para que le buscaras tres pies al gato.

Allá por el año 1984, Nora se enredó con un individuo ya casado: era un tipo ya maduro. El hombre por supuesto, tenía de que valerse y eso motivó a la bella Nora a aceptar andar con él por todas partes, es decir, no en público, si no en paseos muy pero muy privados, a modo de que no lo supiera nadie.

Una calurosa mañana de junio, un hombre que luego se convirtió en el principal testigo de cargo de la Policía Judicial del Estado, daría la voz de alerta:

-Allá al poniente de la Brecha 109, en las compuertas de un canal para riego, está flotando el cuerpo de una mujer totalmente desnuda- dijo el hombre al oficial de guardia de la corporación policiaca.

Ante el reporte y ya con el Agente del Ministerio Público a la cabeza, los agentes enfilaron el rumbo; tomaron por todo el lateral del canal Anzalduas hasta llegar al canal donde efectivamente estaba flotando el cuerpo de Nora presumiblemente ya sin vida. Su blanco y hermoso cuerpo aún estaba blando, por lo que el médico forense determinó que tenía algunas horas de fallecida.

El tipo que reportó los hechos, se vio forzado a dar más detalles y finalmente afirmó que en la madrugada de ése día, él andaba por ese lugar y que al escuchar ruidos, se acercó y se escondió en uno matorrales.

Dijo en su declaración ministerial, haber visto llegar un vehículo compacto con una pareja en su interior. Aceptó que la chica muerta era la misma que estaba dentro del auto con un tipo delgado, pelo ralo y ensortijado, mayor que ella.

– Me quede ahí para echarme un taco de ojo porque seguramente a eso fueron a ese lugar – señaló

Y claro, fue como lo pensé.

Luego de apagado el fuego de su pasión, la pareja empezó a discutir y a manotear y vi claramente cuando el tipo, luego de ponerla fuera de combate a golpes, tomó algo como una almohada y se la puso en el rostro y no aflojó hasta que supo que ya había muerto.

Pensando que nadie lo había visto, el hombre abrió la puerta del auto, sacó a la mujer posiblemente ya sin vida y la arrojó a las aguas del canalito, ahí cerca de la compuerta.

Con esos datos, las investigaciones llevaron al arresto de un tipo que reunía las características aportadas por el testigo, y con ello, el fiscal investigador lo puso a disposición del Juez de Primera Instancia de lo Penal, dependencia que en aquel entonces operaba en la parte alta de unas cuarterías que estaban en lo que hoy es la tienda Coppel.

Sin embargo, ante el Juez de Primera Instancia de lo Penal, el presunto responsable siempre negó tener una participación en el crimen de Nora, no obstante que el testigo seguía insistiendo que el inculpado era muy parecido al que vio en el lugar de los hechos.

El señalamiento y otras evidencias en contra del detenido, fueron factor de peso para que el juzgador considerara sustentar una formal prisión contra él y con ello, vencido el término de ley es enviado al Cereso de Reynosa.

Será el sereno, piense usted lo que quiera pero éste caso no quedó aclarado del todo, porque algún tiempo después, el abogado del detenido logró sacarlo absuelto por falta de pruebas y a partir de ahí, el tipo desaparecería de esta ciudad sin dejar rastro…y entonces.

¿Quién mató a Nora?

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