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AL VUELO-Gandalla

por Joel Cárdenas

Por Pegaso 

-Gandalla: Que saca partido de todo, sin consideración ni respeto por los demás. Aprovechado. (dem.colmex.mx). 

-Gandalla. Su etimología viene del catalán “gandalla” y este del antiguo “gandir” (guarecerse), del gótico “wandjan”, del pregermánico “wandjana” (girar), forma causativa de “windana” (envolver) y del protoindoeuropeo “wendi”. En España, gorra de tejido de malla sin visera usada para recoger el cabello. Vida de vagabundo. En México, persona que abusa o tiene dendencia a abusar de su fuerza física o su autoridad para sacar ventaja de otros. (es.wiktionary.org). 

-Gandalla: Referido a persona que se aprovecha de alguien o se apropia de algo de manera artera. (Diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua). 

-Gandalla: Persona que, de manera artera, se aprovecha de algo o de alguien o se apropia de algo. (Diccionario de americanismos). 

-Gandalla: Que se aprovecha de los demás. Que es malo y abusivo. (The Free Dictionary). 

-Agandallar: Avasallar una persona a alguien sin miramientos ni respeto, llevado por el interés o en el provecho propio. Robar. Quitar desconsideradamente algo a alguien. (Diccionario de Americanismos). 

-Agandallar: Lograr algo con ventaja. (Editorial Cosmos). 

La mayoría de las definiciones sobre la palabra gandalla y agandallar nos llevan a lo mismo. Se trata de un sujeto sin escrúpulos, que busca siempre el beneficio propio sin respeto a los demás. 

Lo gandalla no se quita porque no es un resfriado.  

Lo gandalla se lleva desde joven y se potencia conforme el individuo va creciendo y fomentando su gandallismo. 

Si llega a tener poder, es inimaginable de lo que puede ser capaz. 

Utiliza las instituciones, como la de procuración de justicia, como la encargada de la salud, la de educación y todos los programas y dependencias que están bajo su control, como el congreso y el mismísimo órgano electoral. 

Ya sé que están pensando que me refiero a determinada persona, pero no es así. Esto es algo genérico y se ha repetido en muchas ocasiones, en todas partes del mundo, porque el gandalla es ubicuo, está en todos lados, se esconde bajo una careta de persona respetable, pero debajo de ella subyace su verdadera identidad. 

El gandalla agandalla, por naturaleza, y no tiene límites. 

Puede hacerlo velada o abiertamente. No le importa. Mientras tenga el capital necesario para acallar conciencias y manipular la opinión pública a su antojo, lo seguirá haciendo. 

Es insidioso. Engaña, traiciona. 

Su único afán en la vida es acumular poder, y siempre va por más. Y cuando ve amenazado todo el poder político y económico que ha podido amasar, cuando siente que podría recibir finalmente su merecido, se vuelve predecible y ataca, ataca y ataca como fiera herida. 

Esa es la vida del gandalla. Si usted conoce o se tropieza con un gandalla, huya de él como de la viruela. 

Tan arraigado está el gandalla en la sociedad, que incluso hay obras literarias dirigidas especialmente a él, como “Canciones para gandallas y otros poemas”, de Jesús Luis Benítez, “Gandallas”, de Héctor Domínguez Ruvalcaba, “El Gandalla”, de Clarissa Ramírez y “Los Gandallas, Masculinidad y poder de los hombres al norte de la Ciudad de México”. 

Constructivas lecturas, sin lugar a dudas. 

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